Los gobiernos están ávidos de regular la criptoindustria. No es nada nuevo, ya que las normas para controlar el comercio son la principal ocupación de los Estatistas, y más aún, cuando se intenta implementar un dinero electrónico que está fuera de su órbita de poder.
El gobierno de los EE.UU. tiene claras intenciones de regular la industria cripto y en particular Bitcoin.
Los EE.UU. y sus aliados, pueden influir sobre la descentralización de Bitcoin, para controlarlo con la regulación. Así, EE.UU. empezó a coordinar la política regulatoria con sus aliados occidentales.
Prohibir Bitcoin ya no es una opción deseable para los gobiernos, ya que se ha entrelazado con el sistema financiero global. En cambio para ellos es mejor regularlo, para (seguramente) controlar todas las transacciones de manera completa y global.
¿Cómo podrían controlar todas las transacciones de Bitcoin a nivel mundial?
Lo harían controlando la mayoría de la potencia computacional (hash) de los varios millones de computadoras que la red de Bitcoin utiliza para confirmar las transacciones .
Para ello debería regular la mayoría de la tasa de hash de Bitcoin, que se conoce como ataque del 51 % .
La regulación debería ser global, para que pueda regular a las empresas que controlan la mayoría de la tasa de hash de minería de Bitcoin. Sin embargo no hacen falta tantos países para lograr ese control sobre el hash.
A partir de febrero de 2022, EE. UU. tiene el 35,5 % de la tasa de hash global de Bitcoin , Canadá tiene otro 9,5% y Alemania e Irlanda tienen el 4,5% cada uno. Solo cuatro naciones occidentales contienen más de la mitad (54%) de la tasa de hash global de Bitcoin. Y esas naciones son aliados de Estados Unidos. Sumando algunas naciones más para aplicar una regulación uniforme, se logrará imponer normas globales sobre la mayoría de la tasa de hash.
Si bien los mineros de Bitcoin pueden mudarse de jurisdicción, como hicieron con la prohibición en China, (aunque se tardó unos meses en recuperar la tasa hash de seguridad que tenía), las grandes empresas mineras de Bitcoin (granjas) esperan regulación, distinto fue la prohibición, y se enfocan en las ganancias, a diferencia de las personas, que a menudo se enfocan más en los principios que subyacen la filosofía de Bitcoin, pensada por Satoshi Nakamoto, dinero p2p, escaso, fungible, inmutable, seudónimo inembargable, sin confianza, sin permiso.
La Regulación de la Minería de Bitcoin es una Táctica de “Divide y Vencerás”.
Las corporaciones mineras cumplirán uniformemente con las regulaciones. Las juntas corporativas tienen el deber fiduciario de anteponer las ganancias de los inversores a los valores personales. Ya hemos visto un caso de censura en EEUU, cuando Marathon, una de las mayores empresas dedicadas a la minería de bitcoins en Estados Unidos y Canadá, ha minado el primer bloque de bitcoin que cumple con la OFAC (Office of Foreign Assets Control): Marathon Mines First OFAC Compliant Bitcoin Blockde.
Dado que los grandes grupos mineros corporativos controlan la mayor parte de la tasa de hash (5 granjas mineras poseen el 51% de la tasa hash), y están motivados principalmente por las ganancias, es probable que la mayor parte de la tasa de hash permanezca donde sea legal (regulado), y más rentable para minar Bitcoin.
Las instituciones controlan la mayor parte de la tasa de hash de minería de Bitcoin, y las instituciones buscan activamente una regulación.
Los equipos de administración de las grandes granjas de Bitcoin no podrán justificar el tiempo de inactividad, la pérdida de ingresos, los gastos y las demoras de mudarse a una nación extranjera, simplemente para evitar la regulación. Sus competidores continuarían explotando de manera rentable de acuerdo con las regulaciones “razonables”.
Los mineros independientes pueden mover su equipo basándose principalmente en sus principios. Desafortunadamente, la minería de Bitcoin se ha vuelto demasiado centralizada . Los mineros independientes son la minoría en el control de la tasa de hash, y seguirán dispuestos a confirmar transacciones de fuentes no reguladas, considerando que pueden mudarse más fácilmente que las grandes granjas.
Si la división entre los que están dispuestos a cumplir con la regulación, y los que no están dispuestos es muy estrecha, ya que el 51 % de la tasa de hash cumple con la regulación del gobierno y el 49 % no, entonces la minoría de mineros que no cumple aún estaría confirmando el 49% de las transacciones. Esa desventaja del 2% puede parecer insignificante, sin embargo, es insostenible a largo plazo.
Los gobiernos reguladores no tienen necesidad de romper el algoritmo hash de Bitcoin. Simplemente coordinarán la regulación de los mineros de Bitcoin para exigirles que solo puedan confirmar transacciones de intercambios regulados. Limitar la confirmación solo a aquellas transacciones de intercambios aprobados, no requiere ningún cambio en el código central de Bitcoin. El código central de Bitcoin permite a los mineros elegir las transacciones que incluyen en cada bloque. Limitar las confirmaciones de transacciones tampoco requiere romper el hash criptográfico de Bitcoin.
Se agravarían los retrasos en la confirmación de transacciones no reguladas. La confirmación de transacciones no conformes sería esporádica. Las tarifas requeridas para confirmar transacciones prohibidas crecerían más y más.
El statu quo de Bitcoin ha pasado de ser, principalmente, una cadena de bloques de verdaderos creyentes de la filosofía de libre mercado de dinero para las personas, a ser una herramienta de inversión de las instituciones, y lamentablemente muchos de los bitcoiners lo festeja.
Los bitcoiners que entienden y reclaman los principios del dinero honesto, p2p, no censurable y sin el permiso de una autoridad central, ya son minoría.
KYC es el Objetivo Final
Después que los gobiernos occidentales regulen la minería Bitcoin, será mucho más sencillo que Bitcoin se comercie mayormente a través de intercambios regulados, y KYC (Know Your Customer) será la norma.
Los intercambios identificarán a todos los usuarios, capturarán los impuestos adeudados sobre las ganancias de Bitcoin, y confiscarán las cuentas de los usuarios cuando así lo indique el gobierno.
Bitcoin conservará su estado de reserva de valor, limitado por la medida en que los gobiernos lo gravan. Sin embargo, Bitcoin perderá la cualidad esencial de inconfiscabilidad.
La batalla regulatoria que está ocurriendo durante esta década sobre Bitcoin influirá sobre el resultado de la guerra por la libertad personal y monetaria.
La idea de Satoshi Nakamoto, que el dinero puede existir fuera del control del Estado, surgirá una y otra vez, buscando alternativas posibles.
La lucha por la libertad personal es continua de generación en generación.