Te levantas un día por la mañana, como cualquier otro, y como es costumbre miras la pantalla de tu móvil para ver las cotizaciones de tus inversiones.
Ante tu asombro, el rojo de una de tus tenencias es excesivo, -45%.
No puedes creer que, literalmente, de la noche a la mañana, haya caído tanto la cotización, “¡si anoche solo registraba unos pocos puntos de corrección! “, te dices.
Verificas en otras plataformas de cotizaciones, y el precio registra el mismo número.
No sales de tu sorpresa, entre preocupación y un incipiente enojo contigo mismo, por haber comprado ese “maldito token” que te han recomendado.
Buscas entre las noticias, entre algunos referentes, a quienes respetas, para ver si dan explicación sobre las causas. Tal vez se trata de un error en las plataformas, o al menos, es una acción manipulativa de ballenas codiciosas, que quieren tumbar el precio para comprar barato, y que luego todo volverá al alza.
En tu “nerviosa” búsqueda no encuentras, ni grandes aclaraciones, ni suficientes. No es claro el motivo, tal vez ni siquiera existe. Pero, por supuesto, eso no te tranquiliza.
Preguntas en tus redes sociales y grupos en los que participas, y las respuestas que lees son, entre disparatadas y especulativas, sin datos comprobables.
No hay quien te de una causa que tu entiendas y puedas corroborar. El rojo sigue, incluso algo más “rojo”.
Ya tienes que tomar una decisión, esa es la idea que retumba en tu cabeza. No puedes permitirte perder todo, ni siquiera más de la mitad que ya casi llega. Te cuestionas, “¿Alzará el precio otra vez?, ¿cuánto tardará?. ¿Y si no lo hace? “.
Unos minutos más tarde, ya convencido por tu mala decisión, te maldices.
Este escenario es algo habitual en el ecosistema cripto naciente, y tan volátil como prometedor. Tal vez lo hayas experimentado, quizás no, o no tan extremo, o incluso es posible que nunca lo sufras.
Pero casi, no tiene importancia relativa, lo que sí la tiene es, ¿en qué te basas para tomar una decisión de inversión?.
Cuando compras un equipo informático, por ejemplo, ¿te fijas solo en su apariencia exterior?, ¿atiendes solo el precio?, o averiguas sobre sus componentes electrónicos, ves la reputación que tiene la marca y los fabricantes de sus componentes.
Si solo ves el precio y su apariencia, no estás valorando sus componentes, su tecnología y el respaldo de sus fabricantes. En la analogía, no estás prestando atención a sus fundamentos, solo compras la moda.
Lo mismo ocurre, en otro plano similar, con las inversiones. Usé la anterior comparación, que considero la más pertinente, porque cuando adquirimos tokens, estamos comprando tecnología.
Los desarrolladores detrás de los proyectos en blockchain son técnicos en el diseño informático, pero también deben incluir definiciones económicas y sociales. Sus productos (las blockchains, y sus tokens) se desenvuelven en un plano tecnológico, es claro, ya que un mal diseño tendrá bugs (errores), y en algunos casos fatales, pero también tiene incidencia su esquema económico, esto es, la política monetaria que lo sustenta. El componente social existe, sin dudas, las personas son quiénes forman el ecosistema.
Queda así en evidencia, que el conocimiento con mayor profundidad es necesario, para que una inversión tenga mayor posibilidad de éxito.
Si tus fondos están direccionados por tu investigación y análisis, no importa el plazo de tu inversión, si mantienes tu conducta actualizando la información, tus mañanas no serán como la del inicio de este artículo, no entrarás en angustias, porque salvo un cisne negro, no deberías tener este tipo de sorpresas desagradables.
Un cisne negro es un evento excepcional, imprevisto porque no existen datos para preverlo, o por ser considerado irrelevante, pero una vez ocurrido, tiene un impacto de consecuencias considerables.
El precio es circunstancial, y en el mediano y largo plazo, el precio sigue al valor, nunca al revés.
INDICE: Link a los artículos MEDIUM en español de @liberlion